Después de una aventura que ha durado muchas semanas y ha tenido a León, Samithal, Dornil y Castern ocupados entre Rivendel y Evendim, Aragorn, hijo de Arathorn ha visto reforjada la espada de sus antepasados y la Tierra Media vuelve a tener esperanza.
En Rivendel recibieron el encargo de Aragorn de ayudar a su amigo Calenglad en Evendim, y eventualmente recuperar la última Silithair para forjar de nuevo a Narsil.
El maravilloso lago Evendim(Nenuial en sindarin), con las ruinas de Annuminas, la que fue ciudad de reyes y capital del reino de Arnor.
Allí les esperaba Dornil, hijo de Pernil, y padre del poderoso Thornil, que les echó una mano.
Después de múltiples aventuras y búsquedas, encontraron el hogar de Gwyndeth, la elfa protectora del lago, la cuál conocía el lugar de reposo de la Silithair. Aragorn vino a ella años atrás, pero no supo ofrecerle lo que ella más anhelaba, respeto. Gwyndeth, la dama azul, sintió afecto por los compañeros, en especial por el joven hobbit, y por su bravo corazón, y ya que la trataron con el respeto que ella merecía, accedió a ayudarles.
La isla de Tinnundir, en Evendim. Los ruinosos muros resguardan un campamento de guardianes de Annuminas, desde donde nuestros amigos prepararon un asalto a la Tumba de Elendil. Gwyndeth, la dama del lago, retiró las aguas que mantenían sumergida la gema, y ahora era la hora de los valientes amigos de entrar allí, sortear peligros, y recuperarla.
Dentro de la Tumba de Elendil, y después de haber acabado con los saqueadores que allí se refugiaban, y con su lider, llegaron hasta el lugar dónde les esperaba la dama Gwyndeth, la cual hizo disminuir las aguas, abriendo un paso subterráneo para los aventureros.
Las grutas subterráneas estaban pobladas por grimosas criaturas, seguramente descendientes de trolls, llamadas Kergrims.
El Silithair estaba custodiado por la poderosa Nognathol, una gran tortuga, de duro caparazón y negro corazón, y su sicario, Crackskull. La batalla fue dura y complicada, pero finalmente vencieron a la guardiana de la Silithair y la recuperaron para Aragorn.
De vuelta en Rivendel, le entregaron la piedra a Aragorn y León fue invitado junto a otras personalidades a presenciar la forja de la mítica espada de Elendil.
De vuelta en Rivendel, le entregaron la piedra a Aragorn y León fue invitado junto a otras personalidades a presenciar la forja de la mítica espada de Elendil.
Al anochecer, Aragorn fue a recoger a León a la casa de huéspedes de Elrond, y juntos fueron hacia la forja de Hemeldir.
Hemeldir prepara la forja, mientras Aragorn y León conversan. Arwen se lo pasó en grande con la vitalidad e inocencia del pequeño hobbit.
Helemdir y los elfos forjaron de nuevo a Narsil. Al evento asistieron Frodo, Gandalf, Arwen, Elrond y Bilbo, además de Aragorn y León.
Hemeldir completó la forja, usando la Silithair, le entregó la espada a Elrond y este la rebautizó como Andúril, la Llama del Oeste. Fue un momento emotivo, y la hoja brilló bajo la luz de las estrellas y de la luna.
Aragorn recibió la espada y la elevó sobre su cabeza, y la hoja brilló una vez más. Los asistentes aplaudieron, y León dejó caer un par de lágrimas recordando el día de la forja de Niniel.
Sin duda fue la mayor aventura desde hace tiempo, y sabe que aún le quedan muchas otras por vivir, pues Angmar, los Nazgûl, Moria y demás siervos de Sauron aguardan a que llegue su momento de ser castigados por los Pueblos Libres, y por un bravo hobbit y sus amigos.
Sin duda fue la mayor aventura desde hace tiempo, y sabe que aún le quedan muchas otras por vivir, pues Angmar, los Nazgûl, Moria y demás siervos de Sauron aguardan a que llegue su momento de ser castigados por los Pueblos Libres, y por un bravo hobbit y sus amigos.