jueves, febrero 12, 2009

La espada rota

Después de una aventura que ha durado muchas semanas y ha tenido a León, Samithal, Dornil y Castern ocupados entre Rivendel y Evendim, Aragorn, hijo de Arathorn ha visto reforjada la espada de sus antepasados y la Tierra Media vuelve a tener esperanza.



En Rivendel recibieron el encargo de Aragorn de ayudar a su amigo Calenglad en Evendim, y eventualmente recuperar la última Silithair para forjar de nuevo a Narsil.



El maravilloso lago Evendim(Nenuial en sindarin), con las ruinas de Annuminas, la que fue ciudad de reyes y capital del reino de Arnor.



Allí les esperaba Dornil, hijo de Pernil, y padre del poderoso Thornil, que les echó una mano.


Castern consiguió un transporte para los numerosos viajes que harían por el lago.


Después de múltiples aventuras y búsquedas, encontraron el hogar de Gwyndeth, la elfa protectora del lago, la cuál conocía el lugar de reposo de la Silithair. Aragorn vino a ella años atrás, pero no supo ofrecerle lo que ella más anhelaba, respeto. Gwyndeth, la dama azul, sintió afecto por los compañeros, en especial por el joven hobbit, y por su bravo corazón, y ya que la trataron con el respeto que ella merecía, accedió a ayudarles.



La isla de Tinnundir, en Evendim. Los ruinosos muros resguardan un campamento de guardianes de Annuminas, desde donde nuestros amigos prepararon un asalto a la Tumba de Elendil. Gwyndeth, la dama del lago, retiró las aguas que mantenían sumergida la gema, y ahora era la hora de los valientes amigos de entrar allí, sortear peligros, y recuperarla.



Dentro de la Tumba de Elendil, y después de haber acabado con los saqueadores que allí se refugiaban, y con su lider, llegaron hasta el lugar dónde les esperaba la dama Gwyndeth, la cual hizo disminuir las aguas, abriendo un paso subterráneo para los aventureros.


Las grutas subterráneas estaban pobladas por grimosas criaturas, seguramente descendientes de trolls, llamadas Kergrims.



El Silithair estaba custodiado por la poderosa Nognathol, una gran tortuga, de duro caparazón y negro corazón, y su sicario, Crackskull. La batalla fue dura y complicada, pero finalmente vencieron a la guardiana de la Silithair y la recuperaron para Aragorn.

De vuelta en Rivendel, le entregaron la piedra a Aragorn y León fue invitado junto a otras personalidades a presenciar la forja de la mítica espada de Elendil.



Al anochecer, Aragorn fue a recoger a León a la casa de huéspedes de Elrond, y juntos fueron hacia la forja de Hemeldir.



Hemeldir prepara la forja, mientras Aragorn y León conversan. Arwen se lo pasó en grande con la vitalidad e inocencia del pequeño hobbit.



Helemdir y los elfos forjaron de nuevo a Narsil. Al evento asistieron Frodo, Gandalf, Arwen, Elrond y Bilbo, además de Aragorn y León.



Hemeldir completó la forja, usando la Silithair, le entregó la espada a Elrond y este la rebautizó como Andúril, la Llama del Oeste. Fue un momento emotivo, y la hoja brilló bajo la luz de las estrellas y de la luna.



Aragorn recibió la espada y la elevó sobre su cabeza, y la hoja brilló una vez más. Los asistentes aplaudieron, y León dejó caer un par de lágrimas recordando el día de la forja de Niniel.

Sin duda fue la mayor aventura desde hace tiempo, y sabe que aún le quedan muchas otras por vivir, pues Angmar, los Nazgûl, Moria y demás siervos de Sauron aguardan a que llegue su momento de ser castigados por los Pueblos Libres, y por un bravo hobbit y sus amigos.

miércoles, febrero 11, 2009

Los Valientes de Bree (IV)

Alis de Koranos vuelve a deleitarnos con una de sus historias...

JEAN de METZ: Un clérigo humano, de carácter y convicciones justas, fue lancero de Bree, uno de los últimos que quedaron, antes de que la orden se medio disolviera por falta de efectivos o gente que creyera en ella y sus ideales y fuese absorbida como parte de la guardia de Bree.
Jean de Metz también fue la última incorporación al grupo de aventureros Los Valientes de Bree, y bastante tardía, pues no llegó a conocer a Guiza, ni a Ellyrion, pero sí al resto de los componentes del grupo. De hecho ya los conocía de hace mucho tiempo, cuando Alis, Locke, Thornil y Alishas le propusieron formar parte del equipo, y él accedió, pues tenía confianza con los antes citados, y ya sabía del grupo, sus andanzas, actuaciones y objetivos. Por eso se unió, además de la amistad que le unía a los demás miembros de los Valientes.
De hecho, Jean, sacó de apuros y salvó en más de una ocasión a miembros de este grupo, como los alocados León y Alishas de situaciones y momentos comprometidos con personajes y maleantes de siniestros modos y acciones, y también salvó el pellejo y entabló amistad con alguna colaboradora de Los Valientes, como Ivy Tejesombra.
Pero con la que mejor llegó a entenderse y relacionarse fue con Ilia Tejesombra. La bruja elfa y él ya se conocían de antemano, de enfrentarse en La Guerra del Anillo, de cuando ella fue embajadora en Bree. Pero como nunca se lo tomaron a la tremenda, ni mal, ni personalmente, pues llegaron a caerse bien. A Jean le hacia gracia y le encantaban las pullas y el sarcasmo con que la elfa le trataba a él y a todo el mundo, y la Tejesombra le sorprendía el estoicismo, con que el clérigo se tomaba sus chanzas y acciones, además sabían cual eran las intenciones de uno y de otro, así que por una más de esas extrañas cosas del destino, y por que los extremos diferentes se atraen, acabaron teniendo relaciones mas íntimas y saliendo juntos oficialmente (además de que Ilia quería fastidiar a otra elfa advenediza recién llegada, llamada Star Avenger, que despuntaba maneras y poder mágico y estaba interesada en Jean). Pero la cosa no duró mucho, pues Jean se corrompió, pero no debido a los habituales tejemanejes y carisma destructivo de Ilia, si no que otros poderes oscuros ya andaban por Bree (Ilia ya no atesoraba el monopolio del mal, de hecho, ya empezaba a estar en decadencia, a ser una sombra de lo que ella fue, y los malosos ya empezaban a no tenerla en cuenta, ni a saber ni conocer quién fue y lo que hizo). Star Avenger no era lo que aparentaba ser, la rival de Ilia, era una oscura agente del mal, e influyó en Jean, que la dejaba hacer, y de hecho, se volvió del lado de la oscuridad, atacando varias ciudades de los pueblos libres, hecho del que sólo Ilia tuvo conocimiento, y llegó a presenciar. De todos modos, Jean consiguió bastante poder, pero a vista de las buenas gentes seguía defendiendo Bree de nuevos malosos que intentaban hacerse con el título de Señor del Mal, como varios hechiceros. Pero salieron trasquilados del intento, como Caos, y algún mago maligno más llamado D´averil, gracias a los esfuerzos, poder y colaboración entre Jean e Ilia.

La cosa se torció y rompió totalmente cuando Ilia descubrió la fuente de poder de Jean de Metz, un objeto de tal poder y magnitud, que despertó el ansia, avaricia y lado mas malvado de la bruja elfa, y embrujó a Jean para arrebatárselo. Cuando este consiguió deshacerse del hechizo, Ilia ya huía con tal objeto (el A.U.) pero consiguió alcanzarla y combatieron por la posesión de tal tesoro (que la bruja pensaba utilizar en su propio provecho y egoísmo, si lo hubiese conseguido, se hubiera llegado a convertir en una semidiosa oscura malvada de poder, y depravación), pero los poderes clericales, mágicos y físicos de Jean no fueron suficientes para derrotar a la bruja, aunque sí la pusieron en graves aprietos y casi consiguió derrotarla en una larga batalla de voluntades y poderes mágicos.

Ilia derrotó varias veces a Jean, pero este se volvía a alzar cual fantasma oscuro. Tal era la magnitud y poder de la sombra en el alma del humano. Tres veces le derrotó, y otra tres veces le derrotó la bruja, que cayó ya exhausta, con todo su poder y potencial mermados. Pero había conseguido vencer, aunque supo que no de manera definitiva, pues al paso de los días, la influencia del objeto sobre ella, y su espíritu, fue peor de lo que creía. Ilia se volvió una criatura huraña, y psicótica, le perseguía el espíritu derrotado de Jean, se volvió paranoica, todo el mundo la perseguía y buscaba, tanto el bien, como el mal, sus antiguos amigos, como sus amores, como su clan familiar, así que atrapada, y en un último atisbo de racionalidad, se deshizo del objeto (que por obra del destino cayó en las manos adecuadas, cierta compañía... pero eso es otra historia). Antes de caer ante la oscuridad absoluta, mientras el espíritu de Jean observó como el espíritu de la bruja era destruido casi por completo ( de todas formas la bruja se salvó, gracias a un ritual en la que juntarían el cuerpo casi sin espíritu de Ilia con el alma de su hermana, cuyo cuerpo había sido dañado y mermado hasta límites inimaginables, pero eso, es otra historia, o historias ; ) ).

Volviendo a nuestro protagonista, este no fue el fin de Jean, los dioses le concedieron otra oportunidad, pero acabó muy mermado. Años mas tarde, una cambiada Ilia, encontró a un harapiento vagabundo, al que reconoció como Jean. Aún vive, pero se cree que este va recorriendo el mundo, como testigo silencioso de lo que acontece por él, como expiación de sus pecados y faltas, de lo que una vez fue.